Azúcar, almidón, fibra: los carbohidratos son una fuente de energía no despreciable, pero consumirlos en exceso puede tener un impacto negativo en nuestra salud. Veamos su papel en nuestro cuerpo juntos.

¿Qué son los carbohidratos?

Estos son carbohidratos (azúcares) que se encuentran en muchos alimentos: vegetales, frutas, pastas, arroz, cereales, azúcar blanco, rojo, etc.
Hay dos categorías:

  • Carbohidratos simples como la lactosa (de origen animal), sacarosa que proviene de la caña de azúcar, por ejemplo, etc.
  • Carbohidratos complejos, incluido el almidón que se encuentra en los alimentos ricos en almidón, etc.

Cuales son sus beneficios?

Según la Organización Mundial de la Salud, deben constituir al menos el 55% de nuestra ingesta diaria de calorías (fibra, etc.). Su consumo es esencial ya que permiten que nuestro cerebro funcione correctamente al aportarle azúcar.
Es el intestino delgado el que los digiere antes de transportarlos al hígado. Allí, se transforman en glucógeno que garantiza la glucemia, por lo tanto, la tasa de azúcar en la sangre (no debe exceder el 1%). El cerebro necesita azúcar, de lo contrario las células nerviosas pueden morir.
Los carbohidratos nos traen energía, pero además, se usan rápidamente. De hecho, si los lípidos, por lo que las grasas también aportan energía al cuerpo, los carbohidratos contienen menos calorías.
Los alimentos ricos en carbohidratos complejos (fibra, etc.) son nutritivos. Muy rápidamente causan una sensación de saciedad.

Los riesgos de una dieta demasiado rica en carbohidratos.

Los carbohidratos no contienen grasa, pero comer demasiado puede causar un aumento en nuestras reservas de grasa. Como? Hemos explicado anteriormente que el intestino delgado digiere los carbohidratos antes de transportarlos al hígado. Debe saberse que el hígado solo puede almacenar una cierta cantidad: 90 g. El resto se convierte en grasa.
Además, un alimento que es demasiado rico en carbohidratos aumenta el nivel de insulina en la sangre. La insulina regula el nivel de azúcar en la sangre, que debe ser equivalente al 1%. Cuando comemos demasiada azúcar, para mantener el equilibrio, la insulina (secretada por el páncreas) reduce el nivel de ácido en la sangre al dejar de lado los carbohidratos que se convierten en grasa.

Nuestro consejo:

  • comer granos enteros que causan un aumento un poco menor de insulina en la sangre
  • comer equilibrado (verduras de pescado, etc.)
  • hacer deporte.
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