Swatting, también un engaño, es una práctica que se está extendiendo cada vez más. Orígenes, objetivos, consecuencias: te contamos todo.

¿De dónde viene el golpeteo?

SWAT es un acrónimo de Armas y tácticas especiales, una unidad especial de seguridad y respuesta en los Estados Unidos, el equivalente de nuestra GIGN nacional. Por lo tanto, el golpe es contactar estas unidades especiales, utilizando servidores encriptados, para reportar un accidente de inmensa gravedad (toma de rehenes, disparos, etc.). Cuando las fuerzas especiales intervienen, es darse cuenta de que es solo un engaño telefónico.

Muchas celebridades apuntadas

El golpeteo apareció hace mucho tiempo en los Estados Unidos y las primeras víctimas fueron celebridades: Taylor Swift, Tom Cruise, Lil Wayne, etc. Fue para contactar a la policía para explicar que se estaba produciendo un tiroteo. La policía llegó al lugar, rodeando el lugar, por nada.
Poco a poco, el fenómeno se generalizó. En Francia, apareció en 2020. Los famosos YouTubers vieron a las fuerzas de seguridad desembarcar en su casa porque se había informado de una situación peligrosa.
Los especialistas explican que este fenómeno tiene su origen en el videojuego (intervención musculosa, a veces filmada porque los jugadores usaban cámaras para sus juegos). Los jugadores famosos fueron detenidos después de un golpe.

Nuevas tecnologías y golpes

Quienes practican los engaños telefónicos son especialistas en nuevas tecnologías, o piratas informáticos, que no dudan en utilizar servidores encriptados para hacer su swat. De este modo, pueden ocultar el origen real de la llamada telefónica.
El hacker Gregory Chelli sigue siendo una figura emblemática de los golpes en Francia.

2 años de prisión y multa de 30, 000 euros

En los Estados Unidos, un pirata informático fue sentenciado a 11 meses de prisión por engaños telefónicos. Esta práctica también es ilegal en Francia. Corre el riesgo de hasta 2 años de prisión y una multa de 30 000 euros.
En septiembre pasado, un adolescente fue arrestado después de un ataque de falsa alerta, en la iglesia de Saint-Leu en París. Consecuencias: desembarco de la brigada de investigación e intervención, movilización de un helicóptero, etc. El riesgo: 2 años de prisión y una multa de 30 000 euros según lo estipulado por la ley. Golpear es un crimen de falsa alarma.

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